jueves, 27 de diciembre de 2012

La revelación del Antiguo Testamento

El Plan de Dios en el Antiguo Testamento, por Jack Scott, fragmentos.

"En realidad, la revelación del Antiguo Testamento es la narración de cómo Dios ha cambiado a una muchedumbre de pecadores, transformándolos en propiedad suya, escogida entre los pueblos de la tierra. Puesto que esa labor comenzada en el Edén continúa hoy en día, la nube de testigos de los milenios pasados tiene mucho que decirnos a los de hoy".

"A través de todo el Antiguo Testamento podemos seguir una de las señales distintivas de los hijos de Dios, a saber, aquella sensación de necesidad de él".

"Vemos así cómo Jacob, Moisés, David, y Ezequías, entre muchos otros fieles, aprenden a confiar en Dios por encima de todo, y a buscar en él las respuestas a todas las perplejidades y pruebas de la vida". "Al mismo tiempo vemos cómo se va desarrollando otra cualidad esencial del pueblo de Dios. El amor nace y crece en los que por naturaleza eran pecadores hostiles luego que la gracia de Dios efectúa su obra en sus corazones".

"El pueblo no daría la talla de las altas normas establecidas por Dios. Por lo tanto, Dios les dio los sacrificios para impresionarlos con esta realidad y, al mismo tiempo, con la seriedad misma del pecado".

jueves, 20 de diciembre de 2012

¿Es la fe un prejuicio?

Introducción general y lógica, por Roger Verneaux, fragmento.

"La auténtica dificultad consiste en que el filósofo cristiano, arguyen sus adversarios, sabe por adelantado adonde va; aborda, pues, los problemas filosóficos con un prejuicio metido en su espíritu, y no busca realmente la verdad. Cuando santo Tomas se pregunta, por ejemplos si Dios existe, Utrum Deus sit, no hace más que pura retorica: no se plantea realmente el problema porque sabe de antemano la respuesta.

Intentemos resolver esta dificultad. ¿Es la fe un prejuicio? Si. No temamos afirmarlo, porque nadie aborda un problema sin tener algún prejuicio, es decir, sin haberse forjado alguna idea de lo que va a probar. El hombre es un animal racional, la educación recibida lo ha marcado para toda su vida, y su medio ambiente y sus lecturas han ejercido una honda influencia en su mentalidad. Querer purgar el espíritu de todo prejuicio antes da empezar a filosofar, como pretendía Descartes mediante su duda metódica, es sencillamente perder el tiempo.

Ni Descartes ni nadie lo ha logrado jamás; para ello será necesario vivir y pensar solo, lo que evidentemente es imposible. El peor prejuicio es creer que se está libre de prejuicios..."