miércoles, 30 de diciembre de 2009

Natural Vs. Sobrenatural (V)

Entre los pueblos que pujan por ocupar territorio palestino, luego del declive del dominio egipcio sobre la región, los filisteos se van constituyendo, de acuerdo al relato bíblico, como un poderoso adversario de los hebreos.

1º Samuel 13 nos muestra al ejercito israelita en aprietos. El hijo del Rey hizo algo que disgustó a los filisteos provocando el avance de estos sobre los asentamientos Hebreos. En medio del panorama de desaliento imperante en Israel ante la amenaza de un enemigo notablemente superior en términos de armamento, Jonatan, toma la iniciativa, y secundado por su escudero ataca la guarnición filistea dejando escapar de sus labios, a modo de incentivo, un interesante concepto "quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos" (1º Samuel 14:6).

La idea subyacente tras la afirmación del joven entra en el orden de los conceptos que intentan ahondar estos post: En el plano de los eventos materiales no le cuesta más a Dios hacer las cosas de una forma que de otra. No le es más difícil alterar el orden de los acontecimientos habituales que hacer corresponder a cada causa el efecto para nosotros lógico y esperado. Las limitaciones y reglas fisicas y naturales aplican para los hombres, pero no para quien creo el mundo físico e impuso esas limitaciones y reglas. Él podría haber organizado el mundo de forma distinta a la que lo hizo.

La conclusión que se desprende de lo anterior es que el mundo físico, y los acontecimientos que en el se dan, están organizados y constituidos en principio de la forma en que Dios lo decidió, lo hizo y lo sustenta. El continuo devenir de los procesos naturales refleja entonces la voluntad, la acción y el poder divino en nuestro entorno físico de manera tan completa como lo haría un hipotetico fenómeno sobrenatural. Esta, que vemos a nuestro alrededor y en el hombre mismo, es la manera en que actúa Dios. No es más Dios o más poderosos cuando produce fenómenos considerados como extraordinarios desde una perspectiva humana. Su poder e inteligencia operan de manera continua en el incesante flujo de los eventos naturales y están presentes en cada uno de los componentes del mundo que nos rodea.

"...Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos;
toda la tierra está llena de su gloria."
Isaías 6:3

domingo, 13 de diciembre de 2009

Natural Vs. Sobrenatural (IV)

Hecha estas observaciones sobre aquellos fenómenos que estaríamos dispuestos a llamar milagros, volvamos brevemente la mirada sobre los hechos naturales para efectuar luego una comparación entre ambos.

Respecto al fluir habitual y continuo de los hechos naturales, en cuanto al vínculo que guardan con Dios, a veces somos propensos a percibir esta relación como algo despersonalizado. Tenemos la sensación de que una vez hecho el mundo Dios lo puso en piloto automático, lo dejó andando y se desentendió de él. Sin embargo, parecen desprenderse con frecuencia de la pluma de distintos escritores bíblicos nociones que refuerzan la postura de quienes definen el sostén y preservación de la creación y sus movimientos naturales como dependientes de una operación continua de Dios.

"... quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”
Heb. 1:3

“El da a todos vida, y respiración, y todas las cosas”
Hech. 17:25

“... hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueva sobre justos e injustos”
Mat. 5:45

"Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten"
Col. 1:17

"Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas."
Neh 9:6

Entre otros varios ejemplos. El Salmo 104, particularmente, resalta de una manera muy bella y fresca la grandeza de Dios actuando en el flujo continuo de los eventos naturales.

A propósito de estas cuestiones dice Berkhof lo siguiente: (LUIS BERKHOF: TEOLOGÍA SISTEMÁTICA)

"El poder de Dios aplicado a sostener todas las cosas es tan positivo como el que ejerció en la creación. La naturaleza precisa de su obra en sostener todas las cosas tanto en su ser como en su acción (...) Con Shedd decimos: 'En el mundo material Dios actúa inmediatamente en y por medio de leyes y propiedades materiales. En el de la mente, Dios actúa inmediatamente y por medio de las propiedades mentales' (...) La preservación puede definirse como aquella obra continua de Dios por medio de la cual El mantiene las cosas que creo, juntamente con la propiedades y poderes con que El las dotó."

Y anteriormente, bajo el título ERRORES REFERENTES A LA NATURALEZA DE LA PROVIDENCIA incluye entre las concepciones que él considera incorrectas, aquellas según la cual "Cuando Dios creó a todas sus criaturas les impartió ciertas propiedades inalienables, las colocó bajo leyes invariables y las dejó que se ocuparan en labrar su destino por medio de sus poderes propios inherentes. Entre tanto, El únicamente ejercita una inspección general, no de los agentes específicos que aparecen en la escena, sino de las leyes generales que El ha establecido. El mundo es simplemente una máquina que Dios ha puesto en movimiento, y en ningún sentido un barco que El pilotea día tras día."

(Continúa...)

martes, 8 de diciembre de 2009

Natural Vs. Sobrenatural ( III )

No quiero entretenerme mucho más con el tema específico de los milagros, el propósito principal de estos post es más bien reflexionar sobre nuestra forma de percibir el accionar habitual y diario de Dios en la creación. Sin embargo, quisiera hacer antes de continuar unas pocas observaciones que creo importantes, relacionadas con la idea desarrollada en la ultima entrada, respecto a la función de estas manifestaciones fuera de lo común como fenómenos distintivos de la intervención divina.

1 – Encuentro el que hallan sucedido eventos distintos a los habituales en el orden natural, como los que salpican regularmente las escrituras, no sólo posible si existe un Dios creador de quien deriva el establecimiento de dicho orden, sino también, hasta cierto punto, necesario. Creo que Dios se comunica con frecuencia de formas tan humanas o naturales, (es un poco la conclusión a que aspiran llegar estos post), que se necesita a veces de un distintivo que haga patente su participación, a fin de que no se tomen como fruto exclusivo de la interacción o voluntad humana ciertos acontecimientos de importancia primordial en la historia de la revelación divina.

2 – Distinto a la tendencia imperante no pocas veces en el ámbito cristiano, si bien de acuerdo al registro bíblico Jesús realizó muchos milagros, no se desprende nunca del relato evangélico que este haya alentado la búsqueda curiosa o superflua de experiencias extraordinarias y sobrenaturales (Mat 16: 1-4, Mar 8:11-12, Luc 4:9-12, 11:29, 16:31, 23:8-9).

3 - Por el contrario, estas señales revisten un carácter más vale negativo, como agravantes de juicio, en tanto demostrativas de actuación divina, cuando no provocan un cambio consecuente en las personas que fueron testigos de ellas (Mat 11:20-24). Esto tiene sentido si se considera además que el restablecimiento de un vínculo adecuado entre hombre y creador no depende después de todo de un mero convencimiento por parte de aquél acerca de la existencia de éste.

(Continúa...)

jueves, 3 de diciembre de 2009

Natural Vs. Sobrenatural (II)

La «admiración» surge ante aquelló que es «prodigioso» (…) Los prodigios son la aparición, la presencia y la actividad de lo que es básica y definitivamente incompatible con e inasimilable a la norma de la experiencia común (…) En este punto resulta muy instructivo echar una ojeada a los relatos bíblicos de prodigios o milagros. Tales relatos desempeñan un papel llamativamente importante en el testimonio bíblico de la obra y de la palabra de Dios. En el sentido propio del término bíblico, los «milagros» son aquellos sucesos en el tiempo y en el espacio que no tienen analogías.
Karl Barth, Introducción a la teología evangélica.

Resumendo lo dicho en el anterior post de esta serie, la acción de calificar a algún fenómeno de extraordinario responde en gran medida a que sea un fenómeno al que el hombre no esta acostumbrado. Por su parte, aquello que el hombre llama "normal" o "común" hace referencia simplemente a la forma a la que esta habituado que sean las cosas. Es la manera en que Dios dispuso la creación, y a la que por lo tanto el hombre se acostumbró, pero, justamente, si se cree en un Dios con el poder para crear el universo a su voluntad, no hay ninguna razón coherente para pensar que el mismo estaría impedido de hacer cosas distintas.

Cuando los evangelistas narran algunos de los milagros operados por Jesús, se advierte en ocasiones este componente de lo que sale fuera de lo común, lo no visto o experimentado hasta entonces, reflejado en las reacciones de quienes fueron testigos:

Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.
Mat 9:33

Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.
Mar 2:12

En ocasiones pareciera incluso desprenderse del registro bíblico la idea de que Dios utiliza esta capacidad de deslumbrar que tiene lo inusual, cuando existe un particular interés en que quede patente su intervención en los asuntos humanos. La declaración más explícita al respecto la tenemos de boca de Moises, quién, en ocasión de la rebelión de Core, relaciona directamente el acontecimiento de un hecho nuevo, fuera de aquellos a los que el hombre está acostumbrado, con el convencimiento de que es Jehová quien interviene en el asunto:

Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió. Mas si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová.
Núm 16:29 - 30

(Continúa...)